martes, octubre 25, 2005

Estructura de las revoluciones científicas

Leo de E. Recami et al. en Ciencia Hoy 5: 30, 56; Taquiones, (Cuadro: La revolución filosófica de Einstein).

Muchos han hecho notar ya que el pensamiento científico avanza por generalización: [no por revoluciones] las viejas teorías se convierten en casos particulares de las nuevas, que resultan más abarcadoras. Así fue, justamente, la revolución provocada en la física por Albert Einstein. Con el advenimiento de la relatividad especial, la mecánica de Galileo y de Newton no fue descartada, pero perdió su universalidad y quedó claro que sus posibilidades de aplicación se restringen a situaciones en las que las velocidades relevantes son pequeñas comparadas con la de la luz.

Einstein:
“La tarea del científico es alcanzar las leyes elementales universales, a partir de las cuales construir el cosmos sobre la base de la pura deducción. No llega a ello por un camino lógico, sino sólo por la intuición. Su esfuerzo cotidiano brota directamente del corazón.”

Que podríamos completar con una cita de Richard P. Feynman que ya publiqué alguna vez:

Si no concuerda con el experimento está mal. En esta sencilla afirmación está la clave de la ciencia. No importa cuán hermosa sea su especulación. No importa cuán inteligente sea usted, [...] si no concuerda con el experimento está mal. Y eso es todo.

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