sábado, mayo 07, 2005

Lo que no tiene es remedio

Ya era tiempo de una nueva entrada. La verdad es que InfoCiencia me lleva casi todo el tiempo-blog, pero ya vendrán épocas en las que la sosegada meditación permita una participación más fluida. En esta me gustaría preparar el concepto de "verdad" como un instrumento genérico -un peine grueso- para hacer las primeras distinciones dentro del mundo intelectual.

Para descubrir quién es quién existen criterios como la escritura latosa falsamente erudita, o textos que nos ahogan en mares de citas (por lo general de autoridad), pero me parece que tales criterios no cubren todo el abanico de pensadores. Derrida es un ejemplo pero, en contraste, Rorty o Geertz tienen escrituras claras.

La opción del desprecio o la indiferencia que tienen los postmodernos por la verdad es una característica que los reúne eficazmente. En lo poco que he leído (y sí, uno es humano y se irrita ante tanta sandez), parecen coincidir en que creen que, o bien la verdad es inalcanzable, o bien no tiene sentido alcanzarla para forjar el conocimiento.

El objetivo, entonces, es ver qué actitud toman los intelectuales frente a la verdad y separar aquellos que la desprecian de quienes la reverencian. Hecho esto, queda la parte más interesante: comprobar que los vínculos establecidos entre los del primer grupo (mediante citas, por ejemplo) son más numerosos que los establecidos entre ellos y los del segundo grupo (lo mismo puede hacerse, por supuesto, en el sentido inverso).

Si descubro tal inhomogeneidad, lo que habré descubierto es la formación de comunidades distintas, nada más, pero estaré seguro de eso -que ser científico es distinto de ser postmoderno-. Si no logro descubrir tales comunidades, bueno, mala suerte. Tal vez la técnica estuvo mal aplicada o quizá el criterio de separar por amor a la verdad no es un criterio relevante dentro de la comunidad propuesta.

Pero no sólo en la ciencia existe el amor por la verdad. También para el hombre de la calle en sus asuntos inmediatos el respeto por la verdad es supremo. Corregimos errores, huimos de los mentirosos, despreciamos a los corruptos. En nuestras vidas la verdad existe, tiene sentido y mucho valor. Así que es posible que al descubrirle una estructura a la sociedad respecto de la verdad estemos descubriendo que, en realidad, el postmodernismo es una comunidad que vive en un castillo de cristal; pero eso, por ahora, es un prejuicio.

6 comentarios:

Horacio Federico González dijo...

La verdad, la verdad, lo que se dice VERDAD... no entendí.
Bah, es broma fue grata la lectura, para distraerme de las horas de bogger, publicando noticias sobre política, tu blog es un buen recreo para distenderse con lecturas destinadas al sólo placer de leer.
Gracias

Horacio Federico González dijo...

FE DE ERRATAS:
Donde dice: "...es broma fue grata...", debe decir "...es broma, fue grata..."
Donde dice: "bogger", debe decir "blogger"

Claudio dijo...

Gracias Federico por pasar por este blog un tanto abandonado por mi.

Te agradezco también el elogio, pero ahora que leo este post en particular, veo que le hacen falta unas cuantas correcciones de estilo.

Cuando InfoCiencia me de un respiro voy a retomar el placer de criticar al cosmético postmodernismo.

Horacio Federico González dijo...

bueno, veo que tenemos hábitos parecidos. Un poco más y chateamos por el blog. Ya que estamos, chivo:
http://rrnet.bitacoras.com

Claudio dijo...

Sin que Palas Athenea suscriba las ideas políticas del siguiente blog, si elogia la calidad de sus textos:

Resistencia Radical

Ahora sí, la misma dirección del comentario de Federico, pero como acceso directo.

Anónimo dijo...

Lo que no tiene remedio es el posmodernismo, aunque no te guste federico.